Es de noche y se han dado las órdenes de movilizarse.
La noche es fría y el viento hace susurrar las hojas con cánticos que ningún hombre cuerdo sería capaz de entender.
Te has acercado por los callejones.
Bajo el amparo de las sombras y el silencio de una noche de cuarto de luna tus pasos han pasado inadvertidos para el más perspicaz de los guerreros de esa ciudad. Han estado más de tres meses descansando y nadie ha sospechado jamás del vendedor de verduras por quien te hacías pasar.
Estabas descansando al calor de la fogata en la casa de los Mercaderes al este del pueblo cuando escuchaste el graznido de los cuervos en el arrozal y sabías que ella te llamaba.
Ahora te acercas a los túneles bajo la ciudad y a lo lejos observas el oscilar de la lámpara de aceite que han prendido para que llegaran los miembros de la secta.
Mientras te acercas te das cuenta que tus pasos solo datan tu presencia en el lugar. Por fin haz llegado de los primeros.
La luz está cerca cuando escuchas la hermosa voz de la Emperatriz Oscura susurrarle cánticos a su pequeño hijo corrupto.
El canto de madre es tan horrendo que hasta haz hecho un pequeño chasquido con los dientes mientras reúnes coraje para observarle a la cara cuando te presentas..
- Moveos! o llegaremos todos tarde! - te susurra un compañero desde atrás, pero tú, ya lo haz escuchado, ha sido tan solo un instante y has podido ver más allá de lo que cualquiera te permitiría.
Tal es el poder de tu señora, tal es el poder de la sangre.
Y mientras avanzas, el hombre a tu lado tiembla al ves la expresión de tu cara. Desde hoy, ya nadie te subestimaría..
Ahora lo sabías..