Año 1124 de la Rata según el Calendario Isawa.. Décimo día del Mes del Caballo..

Mi señor, he interceptado la caravana que llevaba el cadáver el hombre y he conseguido esta información que ahora os transcribo..

[Mi señor Daini-sama:
Le saludo con mis más profundos respeto en esta agradable mañana del Décimo día del Mes del Caballo.
Me avocaré a los hechos sin más preámbulos pues el Estado Mayor de nuestra familia conoce mi postura frente a estas formalidades y me disculpo si ofendo su ser con mi falta de nobleza.

Estábamos en la fortaleza de Gifu esperando a las noticias que nos traería Amagisa, el Sumo sacerdote del Templo Myo-Anji, cuando Legionarios de Acero llamaron a las puertas del Castillo. Salí a atenderlos y quien les comandaba, Mirumoto Katou-san solicitó mi presencia por solicitud de Takenaka Hanbei, el perro que se escondía en la fortaleza sur de Ogayama.

Como habréis de suponer mi negativa fue ferviente y preparamos el asedio a la próxima mañana.

Uno de los miembros de la Legión lanzó un desafío durante la conversación y tras sus palabras la mujer cayó muerta a mis pies bajo el regalo de Isawa Kakusu-san. Otaku Kamisai era el nombre de la guerrera y aunque me enfrentó con valor, los años de experiencia se impusieron al ímpetu de la joven doncella.
Tras mi negativa y la derrota de uno de sus integrantes, los Legionarios sabiamente decidieron la retirada.

Durante la noche movilizamos las tropas y cuando llegamos al castillo, un mensajero de Hanbei nos informó que la Legión de Acero se alojaba en el palacio. Les habilitamos una salida para su retirada y antes de que Madre Sol alumbrara por sobre nuestras cabezas, cientos de bravos guerreros cargaron para purgar la tierra de tan impía mancha. Los hombres lucharon con fervor y con el orgullo Mirumoto en sus corazones. Sin embargo, sufrimos terribles bajas cuando el Ronin del Cabello de Fuego, aquél que fue expulsado de los Cielos plantó cara en la batalla.
No se a qué terrible verdad se haya enfrentado en el OtroMundo, pero sin duda lo que allí encontró le hizo alguien poderoso. El sujeto empezó a arder en llamas como si un espíritu de Fuego le hubiera absorbido el alma y hasta ahora ninguno de nuestros hombres ha dado con certeza a la explicación del suceso. El sujeto ardió y empezó a matara a tantos hombres se le pusieran en el camino sin distinguir si atacaban o defendían la Fortaleza de Ogayama. No pasó mucho tiempo, cuando el mismo no soportó tanto poder y se apagó bajo las vertiginosas pisadas de los guerreros que combatían en el campo de batalla.

Tras este impaz, el asedio fue impecable y en solo medio día nos hicimos con el castillo.

El cuerpo del último señor Takenaka se dirige ahora acompañado de esta carta y quienes le llevan fueron los guerreros más feroces en este combate.

Confío en que su señoría sabrá recompensar la entrega de estos hombres.

Lamento informar, mi señor, que el Capitán de la Legión tuvo el atrevimiento de contarle la horrorosa verdad que escondíamos del corazón del noble Hanbei, pero a pesar de mi falta, os puedo decir que aquel hombre luchó con valor y fervor hasta el último de sus días y que el apellido de los Mirumoto estuvo siempre en su espíritu hasta el final.

Creo que aquel sujeto del Pelo de Fuego cayó bajo los hombres de la vanguardia, pero no hemos encontrado sus restos entre los cadáveres que ascienden a 800 cabezas.

Si el hombre sigue vivo o no me tiene sin cuidado, pero si aquél sujeto osa alzar su espada en nuestras tierras, sabed mi señor que necesitaremos a nuestros mejores hombres para detener su poder.