Leyenda de los Cinco Anillos  
 
  Sobre un pedestal en la Sala de los Ancestros León 23-11-2024 22:09 (UTC)
   
 
Sobre un pedestal en la sala de los Ancestros León

Lo que ves ante ti es una tira de seda, manchada y arrugada, el dibujo esta desvanecido como si se hubiera llevado en incontables años de suciedad y oscuridad. En él, escrito en la sangre seca de un Fénix desconocido, está el informe de la muerte de una León. Fue hallado a las puertas del palacio Ikoma hace mucho, abandonado allí por un visitante desconocido. Sus orígenes no son trazables. La tela arrugada yace en una sencilla sala en la Sala de los Ancestros, el único tributo a los últimos momentos del valor de una León...

..No se su nombre. Ya no se ni mi propio nombre, pero se que fui un Isawa. Recuerdo la magia. Sólo la vi una vez, la vi mientras la llevaban a las habitaciones del Hombre Oscuro bajo el palacio. Estaba tan golpeada como yo, castigada y pálida por el cautiverio. La arrastraron a la sala de abajo y la lanzaron a la mesa del carnicero.
Su cabello era largo y dorado, sucio y enredado como trozos de paja. Sus manos sangraba y su rostro estaba golpeado y amoratado. Aún así, cayó sobre la mesa sin un sólo sonido, y la encadenaron a la roca sólida. Me agarré a las barras de mi jaula y observé mientras dibujaban con el aguijón del látigo su espalda, rasgando los últimos resto de su dorado kimono.. Preparación! Todo es preparación para el Hombre Oscuro. He estado allí yo mismo, esperándole. No gritó, sólo gruñó cuando el dolor la alcanzaba. Guardó sus gritos para la sal que le pusieron sobre las llagas sangrantes después de azotarla. Cuando Él vino, los torturadores se lanzaron al suelo ante Él, y ella lucho por levantarse.
Se rieron de sus esfuerzos, y patearon sus piernas desde atrás.

Pasaron horas ante la mirada vigilante del Hombre Oscuro, el Amo de esas Cámaras. Su sola mirada hace que mi maltrecho cuerpo tiemble, y si hubiera pasado cerca de mi jaula habría caído de rodillas. Me habían entrenado bien, y me desprecio por ello..
Sus gritos agudos y angustiados recorrieron los pasillos de piedra. Cada hierro ardiente era un recuerdo para mí, un dolor familiar. Cada golpe hirviente y corte profundo.. los conozco bien. Son cosas diseñadas para llevar tu alma a la superficie, para hacerte dócil. Articulaciones dislocadas, huesos rotos, su dolor continuó durante horas y sus gritos se volvieron roncos y fríos. Por último, sin una palabra, el Hombre Oscuro hizo que la alzaran sobre una alta columna de hierro afilada, con su punta situada contra su vientre. Su propio peso la empujaba hacia abajo, y sus gritos pronto se entrecortaron por la tos y la sangre. El Hombre no habló, y su agonía le cortaba la respiración.
La dejó allí, atravesada en la pica aunque aún viva, e hizo que sus ayudantes encendieran lámparas por encima de nosotros. Cuando se fueron, la oí gritar como nunca lo había oído antes..
“MATSU!!!” -  gritó.. Reuní mi escaso valor y presioné mi rostro sobre la frías barras.
“Díselo” - le murmuré..
“Dile lo que quiere saber y se acabará, acabará el dolor!” - y me odio a mí mismo por decirlo, pero en lo más profundo de mi alma sabía que era cierto.
No dijo nada, intentando no moverse, no empujar aún más la barra de hierro en su estomago, pero la oí llorar.. Las lagrimas de una León.. Había oído llorar antes; había oído sollozos, suplicas, gemidos, las súplicas torturadas de hombre muriendo de forma demasiado horrible para recordarlas. Pero sus lágrimas... me trague mis palabras. Durante horas, fue el único sonido en la cámara cubierta de sangre. Oí su jadeo una vez, esa noche muy tarde, mientras se deslizaba hacia abajo, cogí mi cabeza con las manos y me hice un ovillo en el frío suelo de piedra de mi prisión.
Cuando Él volvió, los burdos torturadores la levantaron de la columna de hierro afilado, y pude oír el sonido de la sangre salpicando el suelo. La gente puede vivir durante días con una herida en le vientre; lo sé bien. Ví morir a mi hermano de esa forma..
¿Era mi hermano?.. Ya no lo sé. Pero la sacaron con las entrañas colgando por el suelo, hasta el Hombre Oscuro.
“Habla..” - le susurró Él, y sentí como mis propios labios querían responder. “Dime lo que quiero saber y se acabará el dolor” - Se me escapó un gemido, pero la León callaba, arrodillada en el suelo frente al brujo hermosamente vestido.
Alzó la cabeza y le miro a los ojos. Ví su rostro y supe que había sido hermosa, antes del dolor, antes del polvo y la sangre, antes de la tortura de vivir en este lugar maligno. Ante sus ojos aún pude ver su belleza.
“¿Por qué insistes en continuar en esto, pequeña Akodo?” - dijo el Amo.
“No hay nada que ganar con tu desafío excepto tu propia muerte. Incluso eso puedo dártelo yo. No hay nada que no pueda darte, si haces lo que pido”..
Vi su mano aferrando débilmente su vientre como para mantenerse dentro, y sus golpeadas piernas empezaron a enderezarse. Lenta, imposiblemente, con sus manos llenas de su propia sangre y órganos, se enderezó y se alzó frente al Hombre Oscuro con el rostro lleno de valor.
“Esta es tu última oportunidad” - siseó desde la oscuridad, y yo lloré.
“Tu última oportunidad de clemencia. Has lo que te digo, y daré cualquier cosa que me pidas. Cualquier cosa” - Su mano toco su mejilla ennegrecida.
“Dime ahora. Dime Amo o arrodíllate a mis pies, y todo esto acabará. Cualquier cosa que desees será tuya...”
Ella miró profundamente sus ojos negros..
“Quiero...” - con cada palabra mi cuerpo se agitaba, el dolor crecía, y sentí mi alma partirse bajo Su poder. Su respiración se entrecortó y su voz murió. Entonces, con un ultimo esfuerzo, alzó la cabeza y le escupió la cara..
“Quiero volver a la columna de hierro”..
Murió allí, en la lanza de hierro del torturador. Pero no volvió a gritar, no murmuró ninguna otra palabra. La pica aun esta allí, en la cámara del Amo, pero nunca más se ha vuelto a usar. No sé por qué escribo esto, no sé quien lo leerá. Pero la historia debe ser contada y un día , quizá, su alma podrá descansar. Su valor me ha dado el poder de buscar la libertad. Oigo a los guardias acercarse. El Hombre Oscuro necesita su juguete.
Nunca volveré a esta celda. Incluso aunque destruya mi mente y rompa mi cuerpo, mi alma y la suya.. conocerán la paz...


La carta fue hallada en las escaleras de Kyuden Ikoma por un guardia Akodo quien la llevo inmediatamente al daimyo León. Su historia jamás ha sido demostrada, aunque el “Hombre Oscuro” de la historia encaja con la descripción del brujo Portavoz de Sangre conocido como Iuchiban. El trozo de seda que queda descansa ahora en un sencillo pedestal a la derecha de la estatua de Dama Matsu, en el centro de la sagrada Sala de los Ancestros.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
  Bienvenidos!!
WenasS
Leyenda de los Cinco Anillos - Rokumon Sen.. Ha sido desarrollada bajo las heroicas acciones de cientos de personajes y decenas de jugadores..
espero la disfruten..
Pasen por la Sección Encuesta y dejen su voto y el comentario con dudas, quejas, sugerencias, críticas, etc. ^^
Kampai!!
SaludosS - Namarië
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